martes, 18 de agosto de 2009

Desdigo lo dicho


Ya lo dice el refrán: “rectificar es de sabios”. Sin embargo y no en vano todo tiene una justificación pues pudiera parecer, a simple vista, que todos aplicamos esta frase a la manera de conducir nuestros actos pero no siempre es así.

Deshacer lo caminado supone cierta dosis de humillación, de admitir el error propio y rendirse ante la evidencia. Nunca es plato de buen gusto equivocarse, ni tan sencillo rectificar, pues hay ocasiones en las que uno debería reconocer (si se desdice) que ha errado gran parte de su vida. Así, por cosas como estas, nos mostramos reticentes a asumir la realidad de las circunstancias y preferimos obcecarnos en nuestra particular verdad; no acertamos a ver, según que casos, el beneficio a la rectificación. No obstante, si estuviese equivocado respecto a esto discúlpeme, desdigo lo dicho; mas percatese que ahora, como usted, yo también tendría razón.

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