domingo, 11 de enero de 2009

El día de hoy



Nos interesan mucho el ayer y mucho más el mañana, pero lo que más nos interesa es el día de hoy. A esta praxis algunos la llamaron Carpe Diem; personalmente prefiero llamarla simplemente:lo Presente

El presente tiene la extraordinaria característica de ser lo que estamos viendo en este mismo instante. El pasado y el futuro por el contrario son imágenes ya vividas y expectativas que aun no se han hecho realidad, que viven en nosotros pero que no están ahí afuera. El poder de lo que significa el ahora más inmediato es innegable. Uno puede, por ejemplo, hacer valor a una circunstancia futura y afirmar: “dentro de un mes salto en paracaídas”. Sin duda la imagen mental de lo que uno en un principio imaginaba se rompe lleno cuando uno siente en su piel como la puerta del avión se abre para que de manera inminente nos arrojemos por ella a gran velocidad en dirección al suelo. En ese presente tan inmediato y tremendo, la emoción iguala nuestro ideal. Estaríamos dispuestos a comprometer la palabra dada por evitarnos el trago amargo y hacer que desaparezca la ansiedad; estaríamos dispuestos a quedar por miedosos. Ante la seguridad de saber que finamente y con toda probabilidad todo acaba bien, que nada malo va a pasarnos, saltamos y al llegar al suelo a salvo nos sentimos estupendos.

Pero el día de hoy tiene aún mucha más fuerza porque también las circunstancias surgen de manera inesperada. Sin previo aviso nos vemos envueltos en circunstancias tanto o más comprometedoras o arriesgadas. Un accidente de tráfico, socorrer a alguien que está siendo agredido o en definitiva salir al paso de un hecho en el que los nervios del momento juegan un papel fundamental. Sin duda, en este caso, resulta muchísimo más admirable ese salto al vacío si el día de hoy somos capaces de vencer ese miedo desde la fortaleza de nuestra propia convicción y lanzarnos con ella a la incertidumbre de saber si, haciendo lo que creemos correcto, todo terminará bien.

Estas son y han sido siempre las armas del ser humano para enfrentarse al día a día del Mundo: sus manos y su propia convicción.

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