jueves, 11 de septiembre de 2008

Emocional o racional



Todo el mundo está de acuerdo en que un planteamineto radicalmente posicionado hacia una determinada tendencia no es el más saludable. La cuestión, por tanto, no es discutir si debiesemos ser siempre movidos bien por nuestra razón o bien por nuestras emociones. La verdadera cuestión es: ¿que relación debiera de haber entre ambas?

Hay momentos en los que la emocionalidad fluye de forma natural y sana. Si un domingo por ejemplo el cuerpo nos pide dormir más, ¿por qué no hacerlo?. Uno descansa y se siente reconfortado porque ha hecho justo lo que deseaba. Si por el contrario esta misma circunstancia se presentara un lunes, en el que hay que ir a trabajar, la cosa cambia. En este caso la mayoría de la gente se guiaría de forma racional; venceria el deseo de permanecer en la cama y se levantaría para hacer su trabajo.

Estos casos, que están verdaderamente claros, plantean un equilibrio entre ambos criterios pero dejan una cosa clara: la emocionalidad solo es lícita cuando uno puede permitirse dejarse llevar por ella. Este planteamiento es complicado y requiere de mucha fortaleza moral y experiencia porque implica un análisis profundo y control de las emociones. Ante una situación de pánico, por ejemplo, mantener la cabeza serena para tratar de buscar soluciones sería la mejor opción. Querer, por ejemplo, sin mesura a alguien que nos maltrata y nos desprecia resulta un tanto ilógico. También lo es no arriesgarte a lo que la emocionalidad te dicta y la razón no se opone; estas son sin duda autenticas experiencias emocionales.

1 comentario:

Irilien dijo...

:), en el punto medio esta la virtud dicen..me encanta como te expresas...en este caso emocional y racionalmente me encanta, xD, un saludo.