domingo, 21 de diciembre de 2014

¿Yo soy pavo o águila?


Cuando era alumno en la universidad un profesor nos hizo esta misma pregunta. Lo cierto es que hasta ese momento nunca antes me lo había planteado pero es verdad que desde entonces esa misma cuestión me ha rondado la cabeza en numerosas ocasiones y circunstancias de mi vida: ¿estoy siendo pavo o águila?

El interrogante no es nada fácil de resolver porque realmente ¿que significa ser pavo o águila? Parece que, en una primera aproximación, la cosa pasa por fijarse en cuáles son los estilos de vida de una y otra ave. A mi por ejemplo se me ocurre la siguiente comparación: El pavo no tiene que preocuparse ni correr riesgos para conseguir una sustanciosa comida a diario porque se la proporcionan. Por otro lado, el águila tiene que salir al campo y exponerse a los peligros del mundo para conseguir un bocado por sí misma.

La vida del pavo parece realmente una vida muy apetecible ¿no es cierto? Sin embargo, la anterior comparativa da lugar a muchas otras cuestiones porque por ejemplo: para mantener el estatus quo el pavo depende de la mano que le da de comer mientras que el águila no depende de nadie. Este es un punto muy interesante porque ¿qué pasaría si de repente la persona que alimenta al pavo dejara de ir? ¿Sería el pavo capaz de sobrevivir sólo en el corral? Y Si decidiera saltar las vallas y salir al mundo ¿Estaría preparado para sobrevivir a los peligros que le rondarán ahí afuera?

Además hay otra cuestión muy interesante pues fíjense que las oportunidades del pavo se limitan a la comida que cae en su corral. Si en su corral, por ejemplo, la comida fuera asquerosa o incomible no tendría la oportunidad de cambiar de vida a no ser que la mano que lo alimenta así lo decidiera. El águila, por su parte, no tiene ese problema porque puede moverse de un sitio a otro y buscar lugares donde pueda haber mejores oportunidades de caza y mejores piezas (o no).

En un plano un poco más transcendental se plantea otra comparativa muy, muy interesante porque ¿cuál es la finalidad de una y otra vida? En el caso del pavo la cosa está muy clara porque en esta vida nadie nos da nada gratis. Sin duda el pavo va a terminar en el horno de aquel que lo está cebando. La vida del pavo sirve pues únicamente a los intereses de aquel que lo está alimentando. Pero ¿y la del águila? ¿cuál es la finalidad de la vida del águila? Esta perspectiva es un poco más difícil de alcanzar pero, sin duda alguna, la vida del águila sirve para mantener el equilibrio del ecosistema en el que habita.

Visto lo anterior y aunque nunca es nada fácil, a mi personalmente me agrada la sensación de pensar que soy capaz de vivir como un águila en todos los aspectos de mi vida, que no dependo de nadie (que yo no deseo) para vivir y tomar mis propias decisiones, que mi vida contribuye a mantener el equilibrio de las cosas y que mis oportunidades dependen de mis propias habilidades y conocimientos. Y aunque esto no soy siempre capaz de conseguirlo, si es cierto que desconfío de todos aquellos que quieren hacerme vivir la vida del pavo. ¿Y ustedes?

jueves, 18 de diciembre de 2014

martes, 9 de diciembre de 2014

A cualquier precio



Y fíjense que cada cual tenemos nuestras pasiones pero a nuestro amigo con una economía ajustada le diríamos: “No te compres ese cochazo” y al otro que lleva la pierna rota: “Deja la maratón para otro día”.

Quizá alguno de ustedes se sienta identificado y estarán de acuerdo conmigo en que las pasiones son importantes. Sin duda son y han sido el motor de muchos hitos extraordinarios en la historia de la humanidad. No obstante habrá quien hoy por hoy diga: “ojala no me hubiera comprado ese coche...” o “si no me hubiera obcecado correr la maratón...”. Porque sobretodo uno debe entender cuál es la finalidad de su gesta y seguir adelante solo si el fin se merece el más desafortunado de los desenlaces.