El gusto por lo sencillo es algo un tanto intangible, inapreciable. Se constituye en la sucesión de pequeños placeres (y no en la hartura de uno sólo), que se concatenan formando un todo. A diferencia de nuestras grandes aficiones, nuestro trabajo o quehaceres diarios, estos pequeños placeres no persiguen ningún otro objetivo que el bienestar.
Aprender a reconocerlos es tanto como aprender a valorarlos. El disfrute de una comida que es de nuestro gusto, un café en un bar donde la gente pasa, comenta..., un capricho ocasional, un paseo cotidiano inexcusable, un rato de lectura, un programa que me encanta, ... A cada cual lo suyo.
Todos los momentos de aburrida monotonía debieran estar llenos de pequeños placeres, algunos de los cuales los está descubriendo ahora...
Un Placer.
Aprender a reconocerlos es tanto como aprender a valorarlos. El disfrute de una comida que es de nuestro gusto, un café en un bar donde la gente pasa, comenta..., un capricho ocasional, un paseo cotidiano inexcusable, un rato de lectura, un programa que me encanta, ... A cada cual lo suyo.
Todos los momentos de aburrida monotonía debieran estar llenos de pequeños placeres, algunos de los cuales los está descubriendo ahora...
Un Placer.
2 comentarios:
No cabe duda de que sí, por cierto el poema más arriba me gustó, es tuyo? Un saludo.
Hola Irilien,
Lo primero gracias por participar. Los nuevos comentarios o la discusión que pueda generarse, enriquecen muchísimo los pequeños fragmentos de ideas que trato de reflejar en este blog.
Sí, todo lo he escrito yo. Los poemas, en concreto, serán una constante en el blog porque me gustan mucho como medio de transmisión de ideas.
Sientete libre de aportar lo que quieras y de seguir participando. Un saludo. Gracias de nuevo.
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