lunes, 25 de febrero de 2008

El verbo y el verso

A las dificultades,
Piedras en los caminos,
Llanto amargo del esfuerzo
que no alcanza su cometido,
Derrota, desaliento, destino
Anhelo de triunfo desposeído.
¡No haréis historia conmigo!

Cada instante de pereza,
Amor póstumo, tiempo perdido,
Miseria de la entereza
De hombres arrepentidos
Cuando vuelven sus cabezas
A lo que fuera su sino.
¡No haréis historia conmigo!

Triste afán que no empieza
A recorrer su camino,
Vanos sueños de grandeza
Que habitan en lo dormido
Hasta que el día despierta
Para morir al olvido.
¡No haréis historia conmigo!

Libertad que no acierta
A vivir el albedrío,
Banalizada experiencia,
Fruto amargo y prohibido
Que del árbol de la ciencia
Es arrancado y comido.
¡No haréis historia conmigo!

Un ser sociable

Las habilidades sociales se estimulan en compañía y constituyen una parte esencial en nuestro bienestar psicológico.

Estas habilidades se adquieren desde pequeños; desde los primeros amigos de la infancia. Se cultivan en el juego, en la colaboración, en la comunicación,... y se alimentan del mayor éxito social que se adquiere en su desarrollo.

Sin embargo, hoy en día, los nuevos elementos tecnológicos tienden a actuar de intermediarios en las relaciones. Es menos difícil mandar un "te quiero" por sms que decirlo a la cara; porque decirlo a la cara requiere valor, seguridad en uno mismo y en lo que piensa, requiere un mejor conocimiento de la otra persona y, en definitiva, una mayor madurez.

La introversión, el miedo al fracaso y la inseguridad, se corrigen con elementos que estimulan las habilidades sociales. Si somos capaces de comprender esto, descubriremos porqué el alcohol está presente hoy en día a niveles desorbitados en la mayoría de los encuentros. El alcohol desinhibe y suple de una manera lamentable nuestra falta de sociabilidad.

Las habilidades sociales se construyen a partir del deporte, de una buena conversación con los amigos alrededor de un café o de una caña ¿por qué no?, de muchas maneras distintas... No es tanto vivir al margen del mundo creyendo que todo es malo, sino más bien aprender a utilizar todos los recursos a nuestro alcance de una forma moderada.




miércoles, 20 de febrero de 2008

La naturaleza de lo sencillo

El gusto por lo sencillo es algo un tanto intangible, inapreciable. Se constituye en la sucesión de pequeños placeres (y no en la hartura de uno sólo), que se concatenan formando un todo. A diferencia de nuestras grandes aficiones, nuestro trabajo o quehaceres diarios, estos pequeños placeres no persiguen ningún otro objetivo que el bienestar.
Aprender a reconocerlos es tanto como aprender a valorarlos. El disfrute de una comida que es de nuestro gusto, un café en un bar donde la gente pasa, comenta..., un capricho ocasional, un paseo cotidiano inexcusable, un rato de lectura, un programa que me encanta, ... A cada cual lo suyo.
Todos los momentos de aburrida monotonía debieran estar llenos de pequeños placeres, algunos de los cuales los está descubriendo ahora...

Un Placer.


jueves, 14 de febrero de 2008

Abriendo boca

- ¡Camarero!, ¡Camarero!
- ¿Qué le sirvo?
- Pues..., la verdad..., no lo sé...

El problema de la elección es habitual en nuestras vidas y, en ocasiones, no es tan simple como "lentejas o habichuelas". A pesar de ello todas tienen algo en común: el criterio.

La conversación anterior pone de manifiesto dos deficiencias claras en la capacidad de elección. La primera de ellas es obvia: la falta de criterio. Si no se lo que quiero, difícilmente podré decidir sobre mis apetencias. La segunda es menos obvia y no tiene tanto que ver con uno mismo sino, un poco más, con nuestra actitud hacia el resto. Es importante considerar que nuestras elecciones afectan a los demás y que no tiene sentido intervenir si aún no hemos hecho elección.